En esta casa nos gustan los “bares rancios”, sin malinterpretarlo, pero aquellos en los que puedes ir, tomarte dos cervezas, gastarte 15 euros y salir comido como un señor. Pero claro, también nos gusta comer calidad, y, aunque no podamos permitirnos habitualmente ir a restaurantes hiper caros (el de hoy no lo es), sí que nos gusta, a veces, ir a comer un poco más de calidad. Y hoy, te cuento donde fuimos la última vez. ¿Seguimos?
Mr Ribs San Bernardo
- Nombre: Mr Ribs
- Terraza: sí
- Tipo de comida: americana, carne a la brasa
- ¿Destaca por?: calidad
- Desventajas: precio a la carta
- Pago: en efectivo y con tarjeta
- Dirección: C. San Bernardo, 118 – 28015 Madrid (Madrid)
- Metro más cercano: San Bernardo (L2 y L4)
- Teléfono: 640 10 90 67
Cuando mi chica y yo vimos en el ‘TikTok’ de CociTuber este restaurante, con lo que nos gusta la carne, supimos que no tardaríamos en ir a visitarlo. Y, así fue. Unas semanas después de ver su vídeo (en realidad, de descubrir su perfil que recomiendo encarecidamente), y aprovechando que fuimos a intentar ver (sin éxito) la tienda temporal de SheIn en Madrid, allá que fuimos a comer. Y, espectáculo. No hay otra.
Y es que, si te gusta la carne, tienes que ir a Mr Ribs. Y, aunque este tiktoker recomendaba el restaurante por su hamburguesa, nosotros coincidió que fuimos entre semana, así que cogimos el menú diario (por no llega a 14 euros) y, en su lugar, decidimos coger costillas (encarecen un euro el menú). ¿Por qué? Te preguntarás. “si vas recomendado, haz caso”, podrás pensar también. Pero, claro, nuestro razonamiento fue que, si el sitio se llamaba Mr Ribs, tendría que ser por algo.
Y no decepcionó. Para probar un poco de todo, intentamos variar un poco las partes del menú de cada uno, de manera que el entrante de Lu fueron unos nachos (muy ricos, aunque excesivamente condimentados y picantes), y el mío una patata asada (bastante rica). Los segundos, poco misterio. Medio costillar para cada uno, que disfrutamos como enanos. Y con el que uno se puede manchar un poco bastante las manos, también lo digo. Podríamos haber pedido alguno la hamburguesa, que un poco para eso íbamos, pero el olor a brasas de las costillas que había en todo el restaurante nos cambió las intenciones.
El aire industrial del local de Malasaña, en conjunto con su increíble atención (estábamos solos, era un poco pronto, pero posiblemente sea así de buena siempre) hacen que estemos deseando volver. Además, a Luke, mi perro guía, lo trataron como un señor, poniéndole agua y preocupándose todo el rato de que tuviera conforme se la iba acabando. ¿Y tú? ¿Te contagias?